Muchas especies que podrían estar en riesgo de extinción no han sido registradas en su totalidad, lo cual dificulta, aún más, el seguimiento y la creación de nuevos proyectos para su conservación.
Además, el mal uso, la destrucción de sus hábitats, la contaminación y la falta de educación ambiental respecto al tema, están generando un alto nivel de deterioro sobre la fauna marina del Caribe colombiano hasta el punto que muchas especies relevantes para los ecosistemas marinos estén en riesgo de extinguirse y otras desaparecerán antes de ser estudiadas.
La última actualización de la lista roja de especies amenazadas realizada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), reportó un total de 4.281 especies para Colombia, de las cuales 652 se encuentran en Peligro Crítico, Amenazada o Vulnerable; 6 extintas y 282 aparecen con Datos Insuficientes.
Para el Caribe colombiano, la situación es similar, puesto que de 158 especies evaluadas, el 21,51 % se encuentran dentro de las categorías de Amenaza y el 22,78 % son catalogadas como 'Datos Insuficientes', debido a la escasez de información sobre su biología, ecología, distribución y estado de conservación en el país.
Esto indica que casi la mitad de las especies caribeñas nacionales, se encuentran con algún grado de amenaza o no existe información suficiente para saber si están en riesgo o no, mostrándose la inequívoca necesidad de apoyar la investigación científica nacional y su apropiada difusión y divulgación antes de que estos recursos desaparezcan sin haberlos conocido.
Especies de gran importancia y que juegan roles vitales en los ecosistemas marinos como los corales cuerno de ciervo (Acropora cervicornis) y cuerno de alce (Acropora palmata), las tortugas canal y carey (Dermochelis coriácea y Eretmochelys imbricata), peces como el mero (Epinephelus itajara) y sierra (Pristis pectinata y Pristis perotetti), se encuentran en estado crítico de amenaza, principalmente derivado de los malos manejos ambientales, la poca regulación de su aprovechamiento y la falta de planeación a la hora de generar medidas de desarrollo socio-económico, lo que ha diezmado los hábitats y poblaciones de estas especies.
Algunas actividades y procesos como la contaminación con desechos sólidos o líquidos de hábitats acuáticos, la sedimentación, la perdida de especies y ecosistemas por sobre-explotación y aprovechamiento sin regulación, o la muerte de corales por visitación turística no controlada, son elementos que amenazan la rica vida marina y que requieren de controles urgentes para evitar que sus efectos sean desastrosos e irreversibles.
Aunque la mayoría de actores relacionados con estos recursos están conscientes de estas y otras realidades (autoridades ambientales, ong, industriales entre otros), y a pesar de la generalización en el manejo de información y conocimiento del estado de conservación de las especies, aún no se ha visto un cambio real en cuanto al mejoramiento del estado de los recursos, el conocimiento sobre ellos, la apropiada divulgación de la información generada, ni las medidas de conservación reales, entre otros aspectos, pudiéndose estar perdiendo una gran riqueza sin haber conocido su utilidad potencial, su valor ecológico o los servicios que proveía.
Por esta y otras razones es necesario que entidades gubernamentales y no gubernamentales, universidades y centros de investigación, inicien un proceso que permita cambiar la forma de hacer, divulgar y dirigir la ciencia luego de estos llamados, pero se debe iniciar con procesos reales y sostenibles de conservación, aprovechamiento y manejo de recursos en lugares como el Caribe colombiano, con el fin de hacer estos patrimonios perdurables para el bienestar del país.
Bogotá
Fundación ProCAT Colombia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario