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13 junio 2008

Los nuevos caciques de Upar


Autor: LUIS G. LÓPEZ
06/06/2008
INICIO / COLUMNISTAS

En estos días, un reconocido columnista escribió que el Festival de Valledupar estaba lleno de "rolos aburridos". No tengo idea dónde se metió. El Festival de La Leyenda Vallenata es posiblemente una de las mejores fiestas del mundo y un evento digno de analizar.

Ver a Diomedes Díaz o a Peter Manjarrés en el Parque de La Leyenda Vallenata seguramente es equivalente a ver a Sting o a Luciano Pavarotti (Q.e.p.d) en escena: simple y sencillamente, los mejores intérpretes en su género, en el mundo, haciendo lo suyo. Asistir al Festival de La Leyenda Vallenata en Valledupar, seguramente, es equivalente a asistir a la Fiesta del Agua en Ibiza, o a una gira de conciertos de los Rolling Stones. Con una diferencia importante: la felicidad de los colombianos (hay estudios que lo comprueban), la belleza de sus mujeres (no se necesita prueba, más allá de la ocular) y la colaboración de un tal "Viejo Parra" hacen de éste el mejor parrandón del planeta.

Los Intérpretes

La página web www.valledupar.com me indica que "la fundación definitiva de la ciudad le corresponde al Capitán español Hernando Santana, el 6 de Enero de 1550, quien en la advocación a la fecha religiosa que se celebraba en ese día y en reconocimiento al Cacique Upar, jefe de la tribu que poblaba la región, le dio el nombre de los Santos Reyes de Valle de Upar." Pensaría yo que el Capitán Santana no imaginó que esta tierra y sus alrededores producirían el más alto calibre de intérpretes y reyes de un autóctono género musical, el incomparable Vallenato.

Diomedes Díaz & Álvaro López, Poncho Zuleta & 'El Cocha' Molina, Iván Villazón & Iván Zuleta, Felipe Peláez, Farid Ortiz, Jean Carlos Centeno, Los Gigantes y Ernesto Mendoza & Franco Argüelles. Jorge Celedón & Jimmy Zambrano, Sergio Vargas, Peter Manjarres & Sergio Luis Rodríguez, Luifer Cuello & Manuel Julián Martínez, Rafael Santos & Juan José Granados y Los K Morales. Jorge Oñate & Cristian Camilo Peña. Eddy Herrera y Silvestre Dangond & Juancho de la Espriella. Son estos algunos de los nuevos Caciques de Upar, personajes que prenden la parranda y despiertan las pasiones de miles de fans que -cántaros de lluvia o no- se arman de su whisky favorito y su mejor vestimenta para oírlos cantar. Incluso los intérpretes tienen sus respectivos grupos de fans online, los cuales se pueden consultar en www.laguacharaca.tv, y que acusan nombres como "Kalethistas", "Celedonistas" y "Silvestristas".

El Parque

El Parque de La Leyenda Vallenata es positivamente sorprendente. Está muy bien organizado, desde sus taquillas de boletería, su acústica y silletería plástica (mi anfitrión -el mejor que he tenido desde que tengo memoria- me contó que todos los años el festival es "pasado por agua"), hasta la venta de licor. Incluso la sensación de seguridad, estando adentro, hace pensar que se está en una ciudad de avanzada, en un país seguro. Si a lo anterior le sumamos el espíritu parrandero y la amabilidad del colombiano, tenemos un venue sin igual.

La Economía

Desafortunadamente no tengo estadísticas que lo comprueben, pero mi observación me indica lo siguiente: el Festival mueve mucho dinero. En el Parque, en los clubes privados, en las calles, en las parrandas privadas donde, si se tiene suerte, se ve muy de cerca a los Caciques (en mi caso conocí a Guillo Ortiz, de Turbo, Antioquia, un bárbaro con el acordeón), en los hoteles, en las cantinas, en los taxis, en las principales ciudades vecinas (el suscrito voló a Santa Marta, rodó en taxi hasta Valledupar, y no fue el único). Me atrevería incluso a especular que el consumo de whisky Old Parr en Valledupar, durante el Festival, supera el consumo per cápita, por minuto, o cualquier otra métrica del sector, vs. cualquier lugar del mundo donde se consuma este licor.

Vaya

Si lleva varios años posponiendo la ida al Festival, le digo de todo corazón: ¡Vaya! Es posible que le toque pagar un tiquete aéreo extraordinariamente costoso; pelear con las líneas aéreas; transportarse por tierra si no logra reserva directa a Valledupar; tomar más whisky del que tomará en el resto del año, pero eso sí...asistir a un verdadero parrandón! ?

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