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12 agosto 2009

Sin Tapujos “Los paramilitares no intervinieron en mi elección”: José Guillermo Botero Cotes



Los años han transcurrido de manera vertiginosa y muy pronto asomará el 20 de febrero de 2009, día en que José Guillermo Botero Cotes se apee de un potro tan arisco y difícil de dominar.

Desde el mismo instante de su designación como Rector de la Universidad Popular del Cesar, el aluvión de diatribas, críticas y murmuraciones se vino encima suyo. Muchos, pero muchos, son los que hoy todavía no le perdonan su nominación después de haber obtenido la segunda votación en la preferencia electoral.

A partir de ahí, se remendó de todo en esa colcha, completada con retazos de politiquería y paramilitarismo. ¿Qué tan cierto resulta esto?, era la pregunta inicial de un cuestionario elaborado con aportes de todos en el periódico cuando decidí entrevistarlo. “¡Muchas cosas tendrá que decir!”, me dije.

A despejar mis dudas y las de un montón de gente salí a su encuentro. Allí, en su amplia oficina, casi sin introducciones y sin comentarios previos, salvo el cordial saludo, fuimos al grano.

SERGIO LÓPEZ GÓMEZ: Comienzo mencionándole un nombre que se le va a sonar: Federman Cotes. Él lo denunció a usted porque grupos paramilitares metieron sus manos en su elección como Rector de la Universidad Popular del Cesar. ¿Si fue así?

José Guillermo Botero Cotes: Mire, la familia Botero Cotes jamás ha estado involucrada en ningún caso de escándalo por asociación con fuerzas oscuras o al margen de la ley; igual las personas con las que nos hemos relacionado han sido gente de bien, de letras, que le ha prestado en muchas ocasiones grandes servicios a la sociedad y a la comunidad, como los Morón Cuello, Socarrás, Piedrahita, Meza… gente con la que hemos propendido por hacer las cosas bien porque así nos criaron, pero también porque somos temerosos de Dios y de la ley.

Desgraciadamente, Dios quiso que se propiciara una situación de malestar, pero le corrijo algo, de ninguna manera él me denunció a mí, jamás lo ha hecho, simplemente expresó algo en un momento de ira en un consejo superior de esta Universidad por allá en el mes de febrero del año pasado. Después de hacerle el reclamo correspondiente esperé que presentara excusas por su infamia y su calumnia, pero como no lo hizo procedí a denunciarlo. Cuando lo llamaron a declarar, obviamente dolido por mi denuncia, le agregó más a la calumnia.

SLG: ¿Qué fue lo que dijo en aquel consejo superior?

JGB: Eso mismo que usted me pregunta, que de alguna manera lo obligaron a que votara por mi y todo el Cesar y Valledupar saben que quizá aspiré a la Rectoría porque tuve el apoyo del. De pronto pensó malintencionadamente frente a cuál debería ser la actuación de José Guillermo Botero Cotes en cuanto al manejo de la cosa pública y yo no acepté imposiciones de la misma índole, así se lo expliqué yo a la Fiscalía General de la Nación ante un fiscal especializado quien termina profiriendo un fallo inhibitorio a mi favor.

Estos cargos traen satisfacciones, pero también te dejan sinsabores porque se conocen muchas personas que te promueven con el ánimo de recibir un beneficio, muchas veces contrario a la ley y como no me presté para ello, entonces calumniemos, infamemos, inventemos y difamemos para manchar su vida profesional y honorable.

SLG: Dígame si lo estoy interpretando, usted llegó a la Rectoría con el apoyo de Federmán Cotes, quien esperó una ‘retribución’ contraria a la ley, como usted no se prestó para ello, provino la infamia.

JGB: Así es, usted entendió perfectamente.

SLG: ¿Qué pedía entonces el señor Federman Cotes?

JGB: Mire, de manera específica yo presenté en marzo de 2007, un mes después de que Federman Cotes expresó aquella infamia en mi contra, una denuncia que no dudé jamás en presentarla. De haber tenido yo rabo de paja, algún tipo de relación con cualquier fuerza oscura o al margen de la ley, pues yo no lo hubiera denunciado, lo hice porque soy limpio, así es mi familia y así son los amigos con los que anduve y ando.

Esa denuncia da cuenta de una serie de actos y acciones que ejecutó el señor Federman Cotes en el interior del Consejo Superior de nuestra universidad, para tratar de entorpecer la gestión. Se quería montar una especie de coadministración en la universidad, de hecho el Acuerdo 065 del 27 de diciembre de 2005, que duró vigente todo el año 2006 hasta que se pudo derogar, establecía que, por ejemplo, para que el Rector contratara una obra o un suministro o para que el Rector nombrara o declarara insubsistente a un funcionario de la Universidad, tenía que dar previo aviso al Consejo Superior. Ese Acuerdo está aportado en la denuncia y demuestra la coacción que se ejercía sobre José Guillermo Botero Cotes y el autor de todos esos arreglos era el señor Federman Cotes Torres.

SLG: ¿Quería manipular la contratación?

JGB: Entiendo que la potestad de declarar insubsistente a un funcionario de libre nombramiento y remoción es del Rector y ella no puede ser limitada por un Consejo Superior porque es la ley la que se la otorga. Entonces, ¿cómo van a cercenar esa facultad legal mediante Acuerdo?

Para contratar tenemos un estatuto contractual propio, autónomo que no dice en ninguna parte que el Rector tenga que dar previo aviso al Consejo si se va o no a contratar. Partiendo de ahí, del establecimiento de un Acuerdo que obligaba a darle aviso al Consejo, eso es querer coadministrar, eso es querer manipular la contratación en la universidad y para eso no me presté.

SLG: Hace un rato citó los apellidos de varias familias con las que usted se ha relacionado y me llama la atención porque el mismo señor Cotes habría asegurado que usted con Álvaro Morón Cuello, Fredy Socarrás y Johny Meza fueron a hablar con alias ‘39’, para ‘arreglar’ su elección a la Rectoría de la UPC. ¿Eso hace parte de la infamia o tiene algo de cierto?

JGB: Si, es parte de la infamia, pero le corrijo algo, jamás las personas que usted mencionó ni quien le habla fuimos a hablar con nadie. El único que asegura que fue allá es él para una fecha en la que yo ni siquiera era candidato, porque resulta que en julio de 2004, si mal no estoy, cuando dijo que fue obligado a asistir a una reunión con las AUC, todavía no había inscrito mi candidatura, cosa que hice legalmente en agosto del mismo año.

SLG: Salió usted bien librado de una primera parte, pero parece que ahora una Fiscalía de Derechos Humanos asumió el proceso. ¿Cuáles son sus temores frente a este nuevo episodio?

JGB: No tengo temor alguno, pero es falso que se haya reabierto el proceso. Producido el inhibitorio por parte de la Fiscalía Especializada en Valledupar, de alguna manera se concede una apelación extemporánea y además de eso se concede a quien no es parte del proceso, luego sube a un Fiscal de segunda instancia y de allí es solicitado por la Unidad de Apoyo para la Investigación de la Parapolítica de la Fiscalía General de la Nación, más no de ninguna Fiscalía de Derechos Humanos.

Ese organismo tiene el proceso, que es un inhibitorio que a mí a juicio y el de los abogados que me asesoran, simplemente se quiso conocer un poco más porque hubo unas denuncias en contra de los fiscales que han estado manejando en Valledupar el caso, denuncias temerarias que ha impuesto el señor Federman Cotes Torres.

SLG: ¿Es entonces Federman Cotes el responsable de esta borrasca que se originó alrededor de su elección como Rector de la UPC?

JGB: El único y voy a demostrarlo a través del proceso que por injuria y calumnia y falso testimonio le sigue la Fiscalía General de la Nación. Creo en la justicia y ella me dará la razón, para castigar a quien ha obrado de mala fe frente a mí y a terceras personas, porque todos sus planteamientos han sido producto de la ira, de la rabia y de mi comportamiento como ciudadano ejemplar de esta sociedad, cumplidor de la ley, que tiene una universidad catapultada y ubicada en el puesto 13 entre las 33 universidades públicas colombianas, que tiene hoy opinión limpia de la Contraloría General de la República, lo cual implica que hemos manejado eficiente y eficazmente el presupuesto de nuestra institución. Hoy también, nuestros estados financieros son razonables para la Contraloría General de la República; a la UPC llegó la paz con José Guillermo Botero Cotes y hoy no hay profesores exiliados como en pretéritos tiempos.

Aquí hay liberalidad, una universidad democrática, de progreso con muy buenos resultados en investigación, con muy buena proyección a nivel nacional, su rector es presidente del SUE Caribe desde hace tres años y medio. Esta universidad ha tenido una transformación impresionante; hoy tenemos una de las mejores bibliotecas de universidad pública en la costa Caribe colombiana, hoy tenemos una conectividad y una herramienta que sistematizó todos los procesos de la universidad, denominada Academusoft, que es ejemplo en Colombia para todas las universidades que tienen este programa.

En estos cuatro años hemos construido los edificios de la moral, de la transparencia y de la democracia, hoy desde cualquier ángulo se ven las buenas costumbres en una universidad de progreso y que está dando que hacer a nivel regional y nacional.

SLG: Se me anticipó con el balance de gestión y resultados, a los cuales se le hacen cuestionamientos partiendo desde el mismo momento de elección. Le cito esto porque aun hay comentarios sobre la puja política que se presentó en la universidad que para nada favoreció la imagen institucional de la UPC.¿Cómo evitar que vuelva a presentarse esa situación en este nuevo proceso de elección?

JGB: Eso lo hemos aceptado sin responsabilizarnos de ello, para mi elección si hubo una puja política, definitivamente vivimos en un país político y aquí en esta región había para la época seis parlamentarios que obviamente tenían algunos intereses.

Si, hubo una puja de alto nivel político en la que nunca estuvimos presentes, yo participé en una consulta en la que quedé en el segundo lugar, pero cualquiera de los que la conformábamos podía ser designado Rector y gracias a Dios con la mayoría de los votos de los asistentes al Consejo Superior del 15 de febrero de 2005 la designación recayó en mi.

SLG: Usted admitió que su votación fue la segunda, porque quien obtuvo el mayor respaldo fue Carlos Oñate. En el Consejo Superior usted fue designado Rector y como contraprestación a ese ‘favor’ le entregó la Universidad al grupo político que lo respaldó, es más, dicen que ese movimiento mandaba aquí y nombraba funcionarios.

JGB: No, de ninguna manera, en la parte académica fueron designados 18 jefes de departamentos y si usted va y pregunta quienes son, muchos de los cuales permanecen en sus cargos después de tres años y medio que yo tengo de ser Rector, todos son profesores que venían vinculados y que para su designación no atendió sugerencias políticas de ninguna índole porque dejamos claro que la Universidad en su parte académica debería ser autónoma.

La UPC es muy exigente, estamos en un proceso de cualificación y de acreditación, aquí hay 400 personas que estamos estudiando maestrías y doctorados, eso implica que la universidad haya aumentado su nivel y que los cambios que se dieron en su momento eran necesarios y fueron muy pocos comparados con todos los profesores que hay y que habían.

SLG: Ahora que toca el tema, se dice que la planta de profesores calificados se redujo en su periodo y este es un requisito obligatorio para obtener la acreditación.

JGB: ¡Ojalá! Y digo ojalá porque nuestra planta de profesores es proporcional al número de estudiantes. Si hace tres años y medio en esta universidad había 8 mil 500 estudiantes y hoy hay 13 mil 500 estudiantes, pues la planta de profesores tenía que aumentar.

SLG: Entonces en ese aumento fueron incluidos profesores de muy bajo perfil a los cuales se les paga con el salario de un docente de planta.

JGB: Cuando llegué, aquí había 39 magister y dos doctores, hoy tenemos alrededor de 140 magister y seis doctores, además, conmigo hay 36 personas estudiando doctorados y alrededor de 330 estudiando maestrías en Venezuela y en la misma UPC. Eso desmiente que nuestros profesores tengan un nivel más bajo que el que yo encontré hace tres años.

Lo que si le voy a decir es que cuando hay un debate o elección, hay profesionales especializados en despotricar de la universidad y no falta quien malintencionadamente hable de cifras que no corresponden a nuestra institución.

SLG: Ya vienen las elecciones de Rector, ¿Cómo garantizar transparencia y que se respete la decisión de los electores, para que no pase lo mismo cuando fue usted designado con la segunda votación?

JGB: ‘Dura lex, sed lex’, dura es la ley pero es la ley y aquí la ley son nuestros acuerdos y estatutos, que establecen una consulta de la cual se escogerán las cinco primeras votaciones y de ellas el Consejo Superior designará el Rector.

La garantía que ofrezco es la transparencia con que se dio la elección de los cuerpos consultivos de la UPC. Decirle que el Consejo va a escoger a quien obtenga la mayor votación no puedo, porque sería una elección directa.

Ahora, en esta universidad a quien se le ha criticado porque fue escogido Rector sin obtener la mayor votación es a José Guillermo Botero Cotes, pero hagamos historia y se dará cuenta que nunca en las tres consultas que se han hecho en la UPC, se ha escogido al de mayor votación.

SLG: ¿Es Raúl Maya su candidato a la Rectoría?

JGB: No, el Rector no tiene candidatos.

SLG: ¿Por qué tantas críticas?

JGB: La principal crítica que he recibido es por no difundir mi gestión, en la cual ‘moralizamos’ la contratación pública. Bajamos los promedios de consumo de combustible, nos deshicimos de los celulares institucionales por los cuales se pagaban facturas exageradas y acabamos con los gastos suntuarios. Eso me lo han criticado, el no haber divulgado la gestión.

SLG: ¿Conoce a los enemigos que están detrás de los señalamientos y las críticas?

JGB: Yo no reconozco enemigos, soy un hombre de muchos amigos.

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