EL PILON
20/02/2009
La Universidad Popular del Cesar deja de ser hecho noticioso cuando las cosas tienden a normalizarse, desafortunadamente es de interés para los medios y la clase dirigente cuando existe la oportunidad de vulnerar su burocracia; de lo contrario ni la voltean a mirar.
Hoy es un día trascendental donde se transfiere el mandato de lo político a lo académico, es la gran oportunidad que tienen los estamentos universitarios para empezar a consolidar un proyecto que inició cuando decidieron dar un paso adelante y elegir un rector de las entrañas de la universidad. Debemos reconocer que el Rector saliente Guillermo Botero es un gestor del proceso de normalización democrática de la Universidad, recibió una Universidad convulsionada y llena de incertidumbre en los procesos, hoy con la oportunidad de decidir autónomamente.
El mismo Doctor Botero en su proceso eleccionario es salido de unas componendas políticas que primaron en las elecciones pasadas, sin embargo es él quien empieza el rescate de la autonomía universitaria, entrega una universidad lista para fortalecer lo académico que fue su gran debilidad.
No importa que la Rectoría bajo la nueva connotación académica arranque con un encargo, es igualmente valida su administración, el Doctor Abdo Barrera es garantía de un buen inicio del proceso. Tiene la gran responsabilidad este año de poner la Universidad a respirar sabiduría y conocimiento, debe adquirir el compromiso de retomar el proceso de elección de Rector tan pronto el contencioso falle y el proceso pueda continuar.
Al nuevo Rector lo mirarán con lupa sus propios contradictores a ver si en esta nueva etapa el cambio es real, o por el contrario simplemente la universidad paso de manos de un grupo a otro con el mismo afán burocrático de todos los que aspiran al beneficio del poder de una institución como la Universidad Popular del Cesar.
No inferior es la responsabilidad del Consejo superior para marcar el camino con objetividad, es un compromiso con la sociedad y especialmente con la propia comunidad universitaria que con ansias aspira a que siempre que se hable de su institución se haga con altura, y se sienta orgullo por su eficiencia y calidad académica.
Es pues señor Rector el momento de que considere que esto no es una palomita, no, es un cóndor que le permitirá iniciar un vuelo de observación y libertad para el fortalecimiento del proceso de lo académico que tanto le falta a nuestra Universidad. Tiene el guiño de la ministra y el aval de todo el consejo, si actúa en consecuencia, y por supuesto de toda la comunidad estudiantil que solo quiere una buena institución. Buen rumbo y buena mar.
almontopa@yahoo.es
Alberto Montoya
No hay comentarios.:
Publicar un comentario