Autor: Alexander Price Rodríguez - El País
Estudiar ingeniería ya no está de moda entre los caleños. Los empresarios del Valle se preocupan y algunos ya viven las consecuencias.Hace dos meses la Vicepresidencia de Soluciones de Información y Tecnología de Assenda, nueva compañía del grupo Carvajal, le envió a una universidad caleña una comunicación en la que solicitaba 200 ingenieros. Su objetivo era ponerlos a trabajar de inmediato en su nuevo Centro de Desarrollo de Software, uno de los más importantes de Latinoamérica, pero no los encontró.
Lo mismo le ocurrió a una empresa filial de Microsoft, que le solicitó a la Universidad Icesi quince ingenieros telemáticos y de sistemas para trabajar en Estados Unidos en un proyecto de telecomunicaciones. Gonzalo Ulloa, decano de Ingeniería de esa universidad, no tuvo cómo satisfacer el pedido.
¿Qué está sucediendo? Aunque existe la creencia de cada vez hay más jóvenes ingresando a estudiar ingeniería en el Valle, esta apreciación está lejos de la realidad. Según cifras de las universidades San Buenaventura, Javeriana, Icesi, Univalle, Santiago de Cali y Autónoma de Occidente, entre el 2000 y el 2006, durante el semestre comprendido entre julio y diciembre, hubo una disminución del 28,2% en el número de estudiantes matriculados en las facultades de ingeniería de esas instituciones educativas.
Jaime Quintero, decano de la facultad de ingeniería de la Universidad Autónoma de Occidente, lo dice con crudeza: “Cada vez es más difícil encontrar ingenieros con un perfil adecuado para desarrollar proyectos de investigación en la universidad, ya que no se encuentran profesionales calificados”. Los están trayendo de Cuba y de Centroamérica.
Ingenierías en cifras
La Universidad del Valle, la institución de educación superior que más carreras de ingeniería tiene en el Suroccidente colombiano, es un claro ejemplo.
Por ejemplo, mientras en el 2003 se presentaron 612 personas para obtener un cupo en Ingeniería de Sistemas, en el 2007 se presentaron 327, lo equivale a una disminución del 46,56%.
En la misma universidad y en el mismo periodo, carreras como Historia y Comunicación Social tuvieron un crecimiento en la cantidad de aspirantes del 137,6% y 271%, respectivamente.
Algo similar ocurre en Ingeniería Mecánica. Mientras en el periodo agosto-diciembre del 2005 se presentaron 202 personas, en el mismo semestre de este año se postularon 160 jóvenes.
Datos de la Universidad Autónoma de Occidente confirman la tendencia. Durante el 2003 en su facultad de Ingeniería se matricularon para todos los semestres 5.737 estudiantes. Este año el mismo dato es de 4.880.
Al fenómeno de menos interés se suma que la deserción en las carreras de ingeniería oscila entre 40% y 50%, según Claudio Camilo González, decano de esta área en la Universidad de San Buenaventura.
El dato clave, muchos se quieren ir a Bogotá. 7,1% de los matriculados en el 2006 en la U. de Los Andes son del Valle.
¿Qué pasa?
El decano de Ingenierías de la Pontificia Universidad Javeriana, Jorge Francisco Estela Uribe, asegura que se pueden manejar algunas hipótesis:
“Una es que en Colombia hay una cultura que propicia el bajo esfuerzo, y como las ingenierías son miradas como carreras difíciles, los estudiantes ya no quieren estudiarlas. Otra, es que en los colegios a los estudiantes los educan con la idea de que esta profesión se limita a los números y no les muestran la parte de creación e innovación al estudiante”.
Y, por último, agrega: “Hay una baja valoración social. Todo el mundo piensa que hay suficientes ingenieros, que todo ya está hecho y por eso la ingeniería, para muchas personas, se volvió algo común”.
Para contrarrestar la situación, las universidades caleñas pusieron en marcha hace dos años la Feria de la Ingeniería, con la que buscan motivar a los estudiantes de grado once de los colegios de Cali para que entren en los campos de la ingeniería. Sin embargo, se requiere que también las empresas entren a las aulas a mostrar las posibilidades laboerales que existen en este campo.
¿Y los empresarios?
Los efectos de esta tendencia pueden ser nefastos para la economía regional, pues el talento humano es un factor clave de éxito para competir bajo los nuevos esquemas de la globalización.
“El TLC con Estados Unidos nos llevará a competir con una nación que tiene más de 25.000 pymes dotadas de excelente tecnología y si no hay ingenieros que se vinculen a empresas de este tipo en el departamento, no contaremos con empresas competitivas”, asegura Rodrigo Salazar, presidente de Acopi Valle.
Pero si el futuro preocupa a los pequeños empresarios, algunas multinacionales ya lo padecen. Jaime Piedrahita, vicepresidente de Soluciones de Información y Tecnología de Assenda, pronostica que “de no aumentar el número de estudiantes en el Valle y por ende la cantidad de profesionales, la oferta de ingenieros no satisfacerá nuestras proyecciones de crecimiento y tendremos que buscar talento humano en otras regiones”. La falta de ‘ingenio’ requiere soluciones urgentes.
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